El funcionamiento de la nueva escuela requirió contar con personas que acreditaran condiciones y competencias de saberes para desarrollar la tarea específica de la enseñanza áulica como asimismo cumplirlas funciones inherentes a la conducción y administración.
No había dudas, en la comunidad educativa, que la dirección de la escuela naciente debía estar a cargo del farmacéutico Matías Gutiérrez, quien venía cumpliendo funciones de profesor en la Escuela Normal y ofrecía una aquilatada voluntad, gran compromiso con la formación y educación, gozaba de reconocimiento y prestigio profesional y ejercía un importante liderazgo entre los jóvenes. Era la persona indicada. La historia demostraría el acierto de aquella decisión.
Lo acompañaron en las funciones de secretario, en un principio el maestro Julio Oscar Machicote, después el contador Fioravante Sequenzia y luego el maestro Roque Pérez. Como preceptores fueron designados Enrique Yanes y los maestros Mladenka Domiján y Pedro Semienchuk. Cubrieron las diferentes cátedras en los primeros tiempos, el ingeniero agrónomo Augusto Teuber, Vilma Centurión, Margarita Lerithier de Sauvage, Celia Sterembert, Dora Esther M. de Machicote, Ana Kersting de Mendoza, Nenka Incoff de García, Elida Alba de Del Balzo, Omar Giordano, Felipe Albarrán, Lidia Amanda Bonavita de Rubiol. Para cumplir las tareas de portero se convocó al señor Ángel Cancino.
Todas estas personas trabajaron algo más de dos años sin percibir ninguna remuneración, pues los pocos recursos que podían obtenerse eran destinados a satisfacer necesidades elementales del funcionamiento escolar.
Con ese espíritu, el 4 de junio de 1959 se conformó la primera Comisión Cooperadora, que estuvo integrada por los vecinos: presidente Francisco Albarrán, secretario Manuel Ledesma, tesorero Miguel Bonillo, vocales Wenceslao García, Esteban Onocko y Pedro Nolasco Montes, todos ellos ligados a los alumnos de la nueva escuela y fervientes testimonios del trabajo solidario, cooperativo y propulsores de gestiones en favor del desarrollo institucional comunitario.
Si bien la habilitación como escuela adscripta se obtuvo con rapidez, no fue así el tiempo que debió esperarse para obtener el reconocimiento de las autoridades de la provincia, que además seguían con atención el proceso y desarrollo de la gestión. Debe recordarse que, coincidentemente con la oficialización lograda en el año 1960, las autoridades designaron con carácter de directora organizadora a la Dra. María Eugenia Martínez de Maldonado, quien contó con la colaboración en la secretaría del contador Fioravante Sequenzia.
El 8 de marzo de 1962, por Resolución N° 127 del Consejo General de Educación, fue creado el Ciclo Superior de la carrera correspondiente al plan de estudios y en abril de 1962 se dio por finalizada la etapa de normalización y Matías Gutiérrez retomó el cargo de director con el beneplácito de la comunidad.
Por Resolución N° 619 del 30 de septiembre de 1964, el Ministerio de Educación y Justicia reconoció los títulos otorgados como equivalentes a los del orden nacional, hecho auspicioso para el funcionamiento y consolidación de la Escuela de Comercio.
El 1 de marzo de 1968 don Matías Gutiérrez accedió a los beneficios de la jubilación y nuevos profesores ocuparon la dirección del establecimiento: Marcos Antonio Altamirano, Raquel Torres Lara, Manuel Adriani, Juan Cristoff, fueron los primeros que siguieron a aquel director tan reconocido.
Años más tarde la radicación de profesores con título docente fue considerado oportuno por las autoridades educativas del gobierno de facto. Era la época del “Chaco Puede”. Se les otorgaban algunos beneficios de importancia como la bonificación del 60% por título y la vivienda gratuita. Los profesores que, en su mayoría, llegaron desde Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Catamarca, podían desplazar a los profesores sin título que ocupaban las distintas cátedras sin aviso previo, todo debido a la suspensión del Estatuto Docente.