La comunidad católica vive con intensidad este Domingo de Ramos, iniciando la Semana Santa, con celebraciones en capillas y templo parroquial en las que sobresale la bendición de ramos y el relato de la Pasión de Jesús.
La primera Misa se realizó ayer a las 19 en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, presidida por el párroco Rubén Pérez que administró el sacramento de la reconciliación antes de la ceremonia.
Luego, todos los fieles se ubicaron en la calle y vereda frente a la capilla donde se realizó la bendición y se ingresó en procesión portando los ramos y cantando para continuar con la celebración eucarística.
Este domingo el programa preveía celebraciones de Misa en el templo parroquial a las 08:00, 10:00 con participación de niños de CaFa (Catequesis Familiar) y 20:00 con adoración al Santísimo y confesiones desde las 19:00; en tanto, a las 18 hs en capilla Santa Rosa.
La celebración consta de dos partes: la bendición de los ramos, que se emplean en la procesión en honor de Cristo Rey, y la misa. El lenguaje y los símbolos de la liturgia de ese día giran alrededor de una idea fuerza: en Jerusalén ingresó Jesús hace casi dos milenios, y hoy los fieles vuelven a aclamarlo como rey de la paz.
La procesión de los ramos es presidida por la máxima autoridad eclesiástica de cada lugar y se efectúa por la calle hacia el templo, como testimonio público de fe. La liturgia es una mezcla de alegría y tristeza. El ambiente festivo de la procesión es atemperado por el tono que la misa imprime a la celebración.
Los textos bíblicos que se leen son tres; en primer lugar, el libro de Isaías (50,4-7), donde el profeta anticipa los sufrimientos de Jesús: "No aparté mi rostro cuando me insultaban, sabiendo que no quedaría defraudado"; luego, una carta de san Pablo (Filipenses 2,6-11), en la que el apóstol dice que Jesús "se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó"; y, por último, el relato de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, según la versión del evangelista san Lucas.